Jutba sobre el Amor al Profeta (saws)
MEZQUITA ASSALAM BILBAO
9 de junio de 2006
Bismillahi Arrahman Arrahim
Allah Errukitsu eta Bihozberaren izenean,
En el nombre de Allah el Muy Clemente, el muy Misericordioso,
Alhamdulillah, la Alabanza es para Allah (.s.w.t.) el Uno y Único (al-Wahid, al-Ahad) el que no tiene compañero, ni asociado, ni a nadie que se la parezca. El es el Rahmán (Misericordioso) y el Soberbio (al-Mutakabbir) que se asienta sobre el Trono. Y las bendiciones sean con nuestro Profeta Muhammad (s.a..w.) con su familia, compañeros y sobre todos aquellos que se esfuerzan por complacer a Allah y recordar a la gente el camino hacia Allah.
Dice el Profeta Muhammad (saws):
“Dios mío, Tú eres el que merece ser recordado, el que merece ser adorado, y Quien da la Victoria a quien la pide. Tú eres el Magnánimo en Tu reinado, el que responde a quien Le pregunta y el que da sin límite a quien se lo suplica. Eres el Rey, sin co-partícipe, el Único, el Sin-Igual. Todo desaparece excepto Tu Rostro. No se te puede obedecer sin Tu permiso y no se te puede desobedecer sin Tu conocimiento. Gratificas a quien obedece y perdonas a quien te desobedece. Eres el más cercano Testigo y el cuidadoso. Distingues entre los seres. Tienes escrito lo que va a suceder. En Tu Conocimiento están registradas las vidas de las gentes. El secreto para Ti es no-secreto. Lo permitido es lo que permites. Lo prohibido es lo que prohibes. La religión es la Tuya. Las criaturas son tus criaturas. Y este siervo es Tuyo. Eres Allah el muy Clemente, el muy Misericordioso. “
Sobre el aspecto del Profeta (saws), se nos ha transmitido, gracias a su yerno y amigo ´Ali (radi Allahu aanhu) que era de una estatura media y espaldas anchas. Cabeza fuerte, la tez morena, cejas arquedas, barba poblada, y el cabello ondulado. Sus ojos eran de color negro y presentaban grandes pupilas. Ennegrecía sus párpados con kohul. Su mirada era de una agudeza extraordinaria. Sus dientes, cuidados frecuentemente con miswak, eran de un color muy blanco. Las palmas de sus manos eran anchas y suaves. El sello de la Profecía se encontraba debajo de su nuca, entre sus hombros, parecida a una ventosa de color rojizo. Respecto a su aroma, se dice que su olor peculiar quedaba por donde pasaba, incluso si no iba perfumado. Apreciaba muy especialmente los perfumes. Quemaba sándalo, alcanfor y ámbar. Untaba su cabellera con unguentos y se hacía cuatro trenzas, dos a cada lado, que colgaban a lo largo de sus orejas. El Profeta(saws) decía: “Al cuidar nuestro aspecto externo, hacemos una obra a Aquel de quien somos servidores”. Sin embargo, condenaba severamente el lujo exagerado.
Allah el Excelso exhorta a los creyentes acerca de la grandeza del Profeta (saws), diciendo:
“En verdad os ha llegado un Mensajero salido de vosotros mismos; es penoso para él que sufráis algún mal, anhela vuestro bien y con los creyentes es benévolo y compasivo.” (S-9:129)
Y Allah el Altísimo destacó el carácter del Profeta (saws) en el Quraan Generoso al decirle:
“Y estás hecho de un carácter magnánimo.” (S-68:4)
En este sentido, Allah nos exhorta a tomar a Rasullulah como modelo:
“Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Allah y en el Último Día y recuerde mucho a Allah.” (S-33:21)
En efecto, Allah nos enseña que el amor a Él tiene que pasar por el amor al Profeta (saws):
"Di: si amáis a Allah, seguidme, que Allah os amará y perdonará vuestras faltas. Allah es Perdonador y Compasivo." (S-3:31)
Y dice Muhammad Rasullulah:
“No seréis creyentes hasta que no queráis a vuestro Profeta más que a vosotros mismos”.
Y es que Rasullulah es el más desinteresado de los humanos, ya que le fueron ofrecidas las llaves de los tesoros del dunya y los rechazó diciendo:
“Cuando tengo hambre un día, imploro ayuda. Y cuando estoy saciado, doy gracias a Allah”.
Y dijo Aicha, la madre de los creyentes, que el Profeta (saws) murió prácticamente sin riquezas, teniendo su escudo empeñado en casa de un judío.
Quiera Allah el Altísimo guiarnos y ayudarnos, a todos los musulmanes, a aquellos que mirábamos quizá el cielo con insistencia y buscábamos una guía y una qibla y aquellos que encontraron el tesoro del Din en el armario de sus familias. Quiera Allah subhana wa ta ala facilitarnos nuestras tareas, perdonarnos nuestras faltas y errores y conducirnos por el camino recto. Amín.
9 de junio de 2006
Bismillahi Arrahman Arrahim
Allah Errukitsu eta Bihozberaren izenean,
En el nombre de Allah el Muy Clemente, el muy Misericordioso,
Alhamdulillah, la Alabanza es para Allah (.s.w.t.) el Uno y Único (al-Wahid, al-Ahad) el que no tiene compañero, ni asociado, ni a nadie que se la parezca. El es el Rahmán (Misericordioso) y el Soberbio (al-Mutakabbir) que se asienta sobre el Trono. Y las bendiciones sean con nuestro Profeta Muhammad (s.a..w.) con su familia, compañeros y sobre todos aquellos que se esfuerzan por complacer a Allah y recordar a la gente el camino hacia Allah.
Dice el Profeta Muhammad (saws):
“Dios mío, Tú eres el que merece ser recordado, el que merece ser adorado, y Quien da la Victoria a quien la pide. Tú eres el Magnánimo en Tu reinado, el que responde a quien Le pregunta y el que da sin límite a quien se lo suplica. Eres el Rey, sin co-partícipe, el Único, el Sin-Igual. Todo desaparece excepto Tu Rostro. No se te puede obedecer sin Tu permiso y no se te puede desobedecer sin Tu conocimiento. Gratificas a quien obedece y perdonas a quien te desobedece. Eres el más cercano Testigo y el cuidadoso. Distingues entre los seres. Tienes escrito lo que va a suceder. En Tu Conocimiento están registradas las vidas de las gentes. El secreto para Ti es no-secreto. Lo permitido es lo que permites. Lo prohibido es lo que prohibes. La religión es la Tuya. Las criaturas son tus criaturas. Y este siervo es Tuyo. Eres Allah el muy Clemente, el muy Misericordioso. “
Sobre el aspecto del Profeta (saws), se nos ha transmitido, gracias a su yerno y amigo ´Ali (radi Allahu aanhu) que era de una estatura media y espaldas anchas. Cabeza fuerte, la tez morena, cejas arquedas, barba poblada, y el cabello ondulado. Sus ojos eran de color negro y presentaban grandes pupilas. Ennegrecía sus párpados con kohul. Su mirada era de una agudeza extraordinaria. Sus dientes, cuidados frecuentemente con miswak, eran de un color muy blanco. Las palmas de sus manos eran anchas y suaves. El sello de la Profecía se encontraba debajo de su nuca, entre sus hombros, parecida a una ventosa de color rojizo. Respecto a su aroma, se dice que su olor peculiar quedaba por donde pasaba, incluso si no iba perfumado. Apreciaba muy especialmente los perfumes. Quemaba sándalo, alcanfor y ámbar. Untaba su cabellera con unguentos y se hacía cuatro trenzas, dos a cada lado, que colgaban a lo largo de sus orejas. El Profeta(saws) decía: “Al cuidar nuestro aspecto externo, hacemos una obra a Aquel de quien somos servidores”. Sin embargo, condenaba severamente el lujo exagerado.
Allah el Excelso exhorta a los creyentes acerca de la grandeza del Profeta (saws), diciendo:
“En verdad os ha llegado un Mensajero salido de vosotros mismos; es penoso para él que sufráis algún mal, anhela vuestro bien y con los creyentes es benévolo y compasivo.” (S-9:129)
Y Allah el Altísimo destacó el carácter del Profeta (saws) en el Quraan Generoso al decirle:
“Y estás hecho de un carácter magnánimo.” (S-68:4)
En este sentido, Allah nos exhorta a tomar a Rasullulah como modelo:
“Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Allah y en el Último Día y recuerde mucho a Allah.” (S-33:21)
En efecto, Allah nos enseña que el amor a Él tiene que pasar por el amor al Profeta (saws):
"Di: si amáis a Allah, seguidme, que Allah os amará y perdonará vuestras faltas. Allah es Perdonador y Compasivo." (S-3:31)
Y dice Muhammad Rasullulah:
“No seréis creyentes hasta que no queráis a vuestro Profeta más que a vosotros mismos”.
Y es que Rasullulah es el más desinteresado de los humanos, ya que le fueron ofrecidas las llaves de los tesoros del dunya y los rechazó diciendo:
“Cuando tengo hambre un día, imploro ayuda. Y cuando estoy saciado, doy gracias a Allah”.
Y dijo Aicha, la madre de los creyentes, que el Profeta (saws) murió prácticamente sin riquezas, teniendo su escudo empeñado en casa de un judío.
Quiera Allah el Altísimo guiarnos y ayudarnos, a todos los musulmanes, a aquellos que mirábamos quizá el cielo con insistencia y buscábamos una guía y una qibla y aquellos que encontraron el tesoro del Din en el armario de sus familias. Quiera Allah subhana wa ta ala facilitarnos nuestras tareas, perdonarnos nuestras faltas y errores y conducirnos por el camino recto. Amín.
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