En el nombre de Allah , el Muy Clemente, el Muy Misericordioso,
quien dice en el Sagrado Corán, en la Sura del Hadj:
“Y llama a la gente a la peregrinación. Que vengan a ti a pie o sobre cualquier montura, que vengan desde cualquier remoto camino”. De acuerdo con esta aleya, los musulmanes de todo el mundo acudimos a los Santos Lugares en Meca en estas fechas, recordando a Allah en estos precisos días en el Valle de Arafat, implorando perdón. Para, seguidamente, lapidar al símbolo del Shaytan y ofreciendo el sacrificio sobre la Tierra Sagrada de Mina, como dice Allah en el Quraan Generoso:
“Ni su sangre ni su carne ascienden a Allah, lo que llega a Allah es vuestro temor de Él”. El hadj es el pilar del Islam que culmina la piedad del musulmán que lo lleva a cabo, y que le hace volver limpio de sus pecados como si fuera un recién nacido.
Nuestra fiesta hoy es un acto de acompañamiento de nuestros hermanos que están cumpliendo con esta importante obligación. Pedimos a Allah subhana wa ta ala que les perdone y les acepte, y que estemos inch´Allah el año que viene entre los peregrinos.
Realizamos esta ofrenda siguiendo los pasos del padre de los profetas, Ibrahim, alaihi salam, en este día en que Allah le puso a prueba ordenándole que sacrificara a su primogénito Ismail, tal y como lo narra el Sagrado Corán en la Sura de los Puestos en Fila, cuando dijo Ibrahim, alaihi salam:
“ Señor mío, concédeme un hijo justo / Y le anunciamos un niño de buen carácter / Y cuando éste alcanzó la edad de acompañarle en sus tareas, le dijo: “Hijo mío, he visto en sueños que te sacrificaba. Dime qué te parece”. Dijo: “Padre, haz lo que se te ordena, y si Allah quiere, encontrarás que soy de los pacientes.”. Oh creyentes, de este ejemplo divino aprendemos la obediencia del siervo a Allah y la obediencia del hijo a su padre. Aprendemos que el amor a Allah está por encima del amor al hijo y a toda la vida en su totalidad. Aprendemos lo que es el sacrificio por Allah.
Oh creyentes, obedeced a Allah. Estamos viviendo la felicidad del Aid, así pues, cuidado con cometer pecados, pues muchos de nuestros hermanos no entienden el significado del Aid en el Islam, y piensan que pueden hacer lo que les apetezca, aunque sea algo prohibido, con la excusa de que estamos celebrando este día. Hoy precisamente la pureza tiene que prevalecer, así como los buenos modales islámicos, la generosidad para con los demás. Mantengámonos en el camino recto, siguiendo el modelo del Profeta, sallalahu alaihi wa salam, y preservemos a nuestros hijos del extravío, pues ellos son nuestra responsabilidad.
Oh hermanos, el sacrificio de la ofrenda es una sunna para quien pueda hacerla, pues Rasullulah ofreció dos corderos grandes y buenos diciendo al sacrificar el primero: “Allah, acepta esta ofrenda de Muhammad y su familia” y al ofrecer el segundo cordero exclamó “Allah, acéptalo de todo aquel que atestigua que le ha llegado el Mensaje y que a su muerte esté libre del pecado de asociación”. Y dijo el Profeta, sallalahu alaihi wa salam, que quien sacrifique antes de la oración del Aid presenta simple carne a su familia, mientras que quien lo haga tras la oración consigue presentarla como ofrenda. Y señaló asimismo que a cada creyente que sacrifique una ofrenda Allah le perdonará con la primera gota de sangre y le recompensará por cada uno de los pelos del animal. Por último, decir que el Profeta, sallalahu alaihi wa salam, nos recordó el derecho de los necesitados a recibir al menos una tercera parte de la carne de la ofrenda, así como nos recomendó compartir este bien con los familiares, amigos y vecinos.
Pedimos a Allah que acepte nuestras plegarias y ofrendas. Que acerque nuestros corazones y los libere del odio y que los llene de amor y de Paz.